ICE realizó una de sus mayores redadas de los últimos años, arrestando a 366 inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales entre el 4 y el 25 de agosto.
Según ICE, la mayoría tiene antecedentes que los hacen deportables, incluyendo previas deportaciones y condenas por delitos graves como homicidio, agresión sexual infantil y tráfico de drogas.
La redada se enfocó en «prioridades de deportación» que representan una amenaza para la seguridad pública debido a sus antecedentes. Los nombres y ubicaciones de los arrestados fueron obtenidos mediante registros penales y administrativos.
La redada se llevó a cabo bajo las directrices de deportación del DHS.
Los inmigrantes detenidos tienen derechos, como pedir ver a un juez o no firmar nada sin hablar antes con un abogado. Pero esta redada muestra que ICE sigue enfocándose en deportar a quienes considera criminales peligrosos.