Donald Trump, ex-presidente de los Estados Unidos, ha reafirmado sus posturas en materia de inmigración en un reciente mitin en New Hampshire. Prometiendo un “gran operativo de deportación” y otras medidas estrictas, sus declaraciones han generado una amplia discusión.
En su discurso, Trump criticó duramente a los inmigrantes que entran ilegalmente, afirmando que están “envenenando la sangre de nuestro país”, lo que ha generado controversia y preocupación.
Trump se comprometió a terminar el muro en la frontera con México, a reinstaurar prohibiciones de viaje y a lanzar esfuerzos masivos de deportación. Además, prometió acabar con la ciudadanía por nacimiento para los hijos de inmigrantes que vivan ilegalmente en el país.
El expresidente también hizo hincapié en el declive económico y social que, según él, ha sufrido EE. UU. bajo la administración de Biden. Trump sostuvo que bajo su liderazgo, EE. UU. alcanzó “la mayor economía de la historia del mundo” y prometió restaurar sus políticas económicas y de regulación. Además, criticó las políticas energéticas actuales y aseguró que bajo su mandato, el precio de la gasolina disminuyó significativamente.
La administración Biden, por su parte, enfrenta un panorama político complicado con el aumento histórico de la migración global y las preocupaciones sobre el sistema de asilo de EE. UU. Las propuestas de Trump, según los críticos, podrían socavar el sistema de asilo y aumentar los temores de deportación entre los inmigrantes que ya viven en EE. UU. Representantes progresistas en el Congreso han advertido contra políticas severas que podrían prohibir a los inmigrantes una vía legal para ingresar al país.